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Tus resultados muestran una clara inclinación hacia los valores pragmáticos.
Una persona con una prevalencia de valores pragmáticos tiende a estar íntimamente conectada con el mundo material. Son personas aterrizadas y directas, que se enfocan en los resultados por sobre todo lo demás. Esto quiere decir, además, que pueden demostrar gran perspicacia y una capacidad de organización poco vista en otras personas.
Te recomendamos, por esto mismo, que enfoques tu trabajo hacia este pragmatismo que acuñas, aprovechando tus características personales y llevándolas a un mayor nivel.
Ahora pasaremos a la autoevaluación de estos valores.
Tus resultados muestran una clara inclinación hacia los valores emocionales.
Un individuo con una predisposición hacia los valores emocionales nos demuestra un contacto pronunciado con los elementos considerados más instintivos de la persona. Esto quiere decir que esta persona demuestra una relación íntima con los demás y consigo misma. Bien orientados, estos valores pueden convertir a alguien en una figura muy genuina, capaz de adaptarse rápidamente a los cambios y con una excelente red de contactos, pues su carisma le permitirá penetrar fácilmente en otros círculos sociales.
Nosotros te recomendamos que desarrolles y aproveches estas características. Ser una persona emocionalmente avezada puede ser una gran ventaja para cualquier emprendimiento. Ahora pasaremos a la autoevaluación de estos valores.
Tus resultados muestran una clara inclinación hacia los valores éticos.
Una persona con una prevalencia de valores éticos demuestra una gran preocupación por mantener una relación balanceada con su entorno. Para ellos, las normas son un pilar fundamental que nos permite seguir adelante, emprender sin comprometer el bien común; y sin perder el sentido último de lo que se quiere lograr. Entre todas las personas, son aquellas que demuestran un mayor sentido de responsabilidad y del deber, lo que las vuelve confiables e inspiradoras para aquellos que las rodean.
Nuestra recomendación es que trabajes estos valores, para llegar a explotar su máximo potencial. Una congruencia ética con tu trabajo, podría ser el motivador clave que impulse tus esfuerzos hacia la excelencia. Ahora pasaremos a la autoevaluación de estos valores.
Tus resultados se muestran relativamente balanceados.
Esto quiere decir que, salvo una leve inclinación hacia los valores (insertar mayoría), representas en tu cotidianeidad cada una de las dimensiones del importante constructo que llamamos “valores”. Esto quiere decir que, en alguna medida, valoras e intentas demostrar herramientas pertenecientes a todas las categorías. Esto te vuelve alguien versátil, capaz de asumir distintos roles y con un buen potencial para el desarrollo.
Tu leve inclinación podría, eventualmente, terminar convirtiéndose en una más notoria, de acuerdo vayas aprendiendo de ti mismo. Esto no es necesariamente bueno ni malo, recuerda que uno de los objetivos de este ejercicio es mostrarte (y mostrarnos) donde están tus verdaderos intereses y cómo aprovecharlos.
En base a los valores que has seleccionado, pasaremos a autoevaluarnos.
¡Tus resultados muestran que tus valores se encuentran en perfecto balance!
Esto quiere decir que has seleccionado una cantidad igual de valores pragmáticos, éticos y emocionales. Cada una de estas categorías engloba importantes características en los fundamentos valóricos de las personas. Un balance perfecto quiere decir que no hay dimensión que se esté escapando de ti, te preocupas por cada una de ellas y esto nos habla de una persona con un gran potencial. Bien trabajado, este balance valórico podría convertirse en la clave que te separe del resto, volviéndote alguien capaz de hacer frente al futuro con sabiduría y colocándote un paso delante del resto en lo que a versatilidad respecta.
Ahora que has elegido tus propios valores, es importante que los trabajes y hagas crecer, para interiorizar su aporte. A continuación, avanzaremos a la autoevaluación de estos valores.
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En base a las descripciones presentadas y las preguntas guía que verás a continuación, te invitamos a autoevaluar tu satisfacción actual respecto a los valores seleccionados. Para esto, piensa en el ideal que te gustaría alcanzar y luego en lo que estás logrando actualmente, con el fin de estimar la brecha existente entre ambos. Luego, desliza el marcador de cada valor hacia la izquierda o derecha, donde izquierda representa menor satisfacción o logro del ideal a alcanzar, y derecha representa lo contrario. Piensa con detenimiento e intenta ser lo más objetivo posible.
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